3. La Amazonía

El límite utilizado por la Raisg (8.470.209 km²) en esta publicación es una suma de las mayores extensiones territoriales considerando los tres criterios antes mencionados: biogeográfico, cuenca hidrográfica y límites político administrativos, según las particularidades de cada país que forma parte de la región. De esta manera presentamos como resultado un límite conformado por: i) los límites biogeográficos de la Amazonía en Colombia, Venezuela, Guyana, Suriname y Guyane Française; ii) los límites de la cuenca amazónica en Ecuador, Perú y Bolivia y iii) la suma de los límites de la cuenca (Amazonas y Araguaia/Tocantins) y los límites administrativos de la Amazonía Legal en Brasil.

Estas son las cifras que corresponden al análisis:

Extensión: 8.470.209 Km²
Cuenca hidrográfica: (Ríos Amazonas, Araguaia-Tocantins y Marajó)- 6.925.918 Km²

La Amazonía es clave en las estrategias de conservación de la biodiversidad mundial ya que alberga una gran diversidad de paisajes, con diferentes historias geológicas y evolutivas, una gran diversidad de especies de flora y fauna, así como de otros reinos biológicos, que en muchos casos sólo están presentes en esta región del mundo. Además, las evidencias científicas indican que alberga el bosque tropical más extenso del mundo.

Para comprender por qué esta diversidad de vida y paisajes ha permanecido conservada, es necesario reconocer el papel de los pueblos indígenas en el manejo de sus territorios, apegados a sus tradiciones y costumbres. Los Territorios Indígenas ocupan el 27,5% de la Amazonía, es decir, 2,3 millones de km². Allí viven 410 grupos indígenas, de los cuales 82 se encuentran en aislamiento voluntario y no han sido contactados por otros pueblos o sociedades.

Además, se estima que la Amazonía tiene 33,5 millones de habitantes, de los cuales el 62,8% (20,9 millones de personas) reside en zonas urbanas.

Las ciudades de la Amazonía tienen diferentes ritmos de crecimiento. No obstante, los ciclos económicos están estrechamente relacionados con la presencia de actividades extractivas (legales o no) o con el desarrollo de actividades agropecuarias o de explotación forestal, incluso de cultivos de uso ilícito. Esto promueve la migración hacia esos centros urbanos, tanto de personas de otra partes de los países, como de jóvenes indígenas en busca de oportunidades. Esos centros urbanos los absorben, pero en muchos casos en condiciones de marginalidad o segregación y sin respeto a sus tradiciones, más orientadas al autoconsumo y las prácticas ambientalmente sostenibles.